Cuando nos convertimos en padres hace 12 años empezamos a darnos cuenta de que la educación de la vieja escuela con gritos, amenazas y castigos, no era el camino para tener una vida familiar en armonía.
Comenzamos a formarnos con grandes referentes y viajamos durante meses por España y Chile conociendo escuelas, grupos de padres y proyectos educativos alternativos a esa educación obsoleta y comprobamos que los problemas eran los mismos en todos los casos y pudimos encontrar cuál era ese eslabón perdido.